Reduzca, Re-use y Recicle
La Era Industrial ha traído aparejado un complicado cambio en el ecosistema que afectó también a la especie humana. Las industrias comenzaron a explotar intensiva e indiscriminadamente los recursos naturales, extrayendo las materias primas para elaborar sus productos, generar energía, etc. Como si esto fuera poco, los residuos derivados de la producción iniciaron la contaminación de ríos, tierras, napas subterráneas, atmósfera. El hombre, en busca de mejores posibilidades laborales, se estableció en torno de los grandes polos industriales poblando indiscriminadamente las regiones más "progresistas" del planeta. Esas zonas densamente pobladas comenzaron a generar enormes cantidades de basura.
Por eso no sólo las industrias se llevan las críticas. La mejora en la calidad de vida, con el mayor índice de consumo, tiene hoy y desde entonces, un papel preponderante en materia de contaminación: mayor consumo = más basura.
Las estadísticas indican que se producen entre 0.5 y 1,5 Kg de residuos por habitante y por día. Por ejemplo, una ciudad de 1.000.000 de habitantes, genera hasta 1.500 toneladas diarias de desperdicios.
Ciudad Tipo: Río Gallegos (90.000 Habitantes)
Residuos Per-Cápita: Mínimo 0,500 Kg./Hab./día
Contenido De M.O.: 40%
Aproximadamente el 30% de materia orgánica que se tira a la basura podría reciclarse como abono o mediante la vermicultura. La transformación en compost puede hacerse sin fertilizantes químicos y es una técnica muy utilizada en China desde hace 400 años. Las bacterias y microorganismos transforman los vegetales y restos de alimentos, así como el papel y los residuos del jardín, en un compuesto enriquecido para abonar la tierra, llamado también humus. Este es el verdadero reciclaje. En una época en que la calidad de la tierra se deteriora cada vez más, cuando los abonos químicos reducen la fertilidad a largo plazo, la materia orgánica derivada de los residuos, incluyendo las aguas negras, pueden crear de nuevo suelos fértiles, previniendo la erosión.
El compostaje renueva los ciclos ecológicos, a la vez que evita que los residuos orgánicos acaben en los vertederos. La putrefacción de los residuos genera "gas de vertedero", un importante responsable del efecto invernadero. La bacteria es la clave para el éxito del reciclaje de los residuos de la cocina y el jardín. Devora la materia orgánica reduciéndola a su base elemental para producir el humus. A altas temperaturas la bacteria actúa más deprisa. Otros microorganismos, como los hongos y los insectos diminutos, ayudan al desarrollo del proceso.
Los índices de participación son muy altos allí donde se han realizado programas educativos o campañas publicitarias y se han ofrecido incentivos para el reciclaje.
En países como Dinamarca, Alemania y Holanda están en marcha planes de obtención de compost. En Italia, la práctica agrícola de aprovechar los residuos para obtener abono se ha revelado como la forma más lógica de devolver la materia orgánica al subsuelo en áreas intensamente cultivadas
La Era Industrial ha traído aparejado un complicado cambio en el ecosistema que afectó también a la especie humana. Las industrias comenzaron a explotar intensiva e indiscriminadamente los recursos naturales, extrayendo las materias primas para elaborar sus productos, generar energía, etc. Como si esto fuera poco, los residuos derivados de la producción iniciaron la contaminación de ríos, tierras, napas subterráneas, atmósfera. El hombre, en busca de mejores posibilidades laborales, se estableció en torno de los grandes polos industriales poblando indiscriminadamente las regiones más "progresistas" del planeta. Esas zonas densamente pobladas comenzaron a generar enormes cantidades de basura.
Por eso no sólo las industrias se llevan las críticas. La mejora en la calidad de vida, con el mayor índice de consumo, tiene hoy y desde entonces, un papel preponderante en materia de contaminación: mayor consumo = más basura.
Las estadísticas indican que se producen entre 0.5 y 1,5 Kg de residuos por habitante y por día. Por ejemplo, una ciudad de 1.000.000 de habitantes, genera hasta 1.500 toneladas diarias de desperdicios.
Ciudad Tipo: Río Gallegos (90.000 Habitantes)
Residuos Per-Cápita: Mínimo 0,500 Kg./Hab./día
Contenido De M.O.: 40%
Aproximadamente el 30% de materia orgánica que se tira a la basura podría reciclarse como abono o mediante la vermicultura. La transformación en compost puede hacerse sin fertilizantes químicos y es una técnica muy utilizada en China desde hace 400 años. Las bacterias y microorganismos transforman los vegetales y restos de alimentos, así como el papel y los residuos del jardín, en un compuesto enriquecido para abonar la tierra, llamado también humus. Este es el verdadero reciclaje. En una época en que la calidad de la tierra se deteriora cada vez más, cuando los abonos químicos reducen la fertilidad a largo plazo, la materia orgánica derivada de los residuos, incluyendo las aguas negras, pueden crear de nuevo suelos fértiles, previniendo la erosión.
El compostaje renueva los ciclos ecológicos, a la vez que evita que los residuos orgánicos acaben en los vertederos. La putrefacción de los residuos genera "gas de vertedero", un importante responsable del efecto invernadero. La bacteria es la clave para el éxito del reciclaje de los residuos de la cocina y el jardín. Devora la materia orgánica reduciéndola a su base elemental para producir el humus. A altas temperaturas la bacteria actúa más deprisa. Otros microorganismos, como los hongos y los insectos diminutos, ayudan al desarrollo del proceso.
Los índices de participación son muy altos allí donde se han realizado programas educativos o campañas publicitarias y se han ofrecido incentivos para el reciclaje.
En países como Dinamarca, Alemania y Holanda están en marcha planes de obtención de compost. En Italia, la práctica agrícola de aprovechar los residuos para obtener abono se ha revelado como la forma más lógica de devolver la materia orgánica al subsuelo en áreas intensamente cultivadas
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